Por Ivonne Vargas

Una empresa sana es el reflejo de contar con colaboradores en óptimas condiciones, no solo física, sino también emocionalmente y aunque en los últimos años el bienestar corporativo juega un rol importante, la mayoría de las estrategias son generales, enfocadas a todos los colaboradores.

¿No sería un buen momento para generar un plan para directores?

Son ellos(as) quienes llevan una gran responsabilidad sobre sus hombros y pocas veces se tienen programas wellness leader tan filtrados, es decir, estrategias de salud similares a las agendas de trabajo de un director a fin de que puedan cubrir sus objetivos de bienestar, tal cual lo hacen con la rentabilidad del negocio. Por ejemplo, si ese director(a) extiende sus tiempos para atender varias reuniones o viajar, debería tener la misma disposición para una práctica de mindfulness.

Y es que las personas que ocupan posiciones de liderazgo son las que están sometidas a un mayor nivel de estrés y responsabilidad no solo por los objetivos a cumplir, sino porque son -en primera instancia- los responsables en hacer cumplir todas las estrategias, entre éstas las de bienestar.

En la actualidad, seis de cada 10 directivos en las empresas reconocen tener un nivel de agotamiento extremo al final de su jornada laboral y consideran que ellos “no tendrían tiempo” para rutinas de ejercicio similares al tiempo dedicado a trabajar, según arroja al estudio “Global Leadership Forecast 2021”, realizado por Development Dimensions International (DDI).

“Leader’s Performance”, una iniciativa dirigida especialmente a directores

No se trata de debatir si el bienestar debiera ser diferencial por cargos o responsabilidades dentro de una empresa, sino de favorecer la salud en forma integral. Como sociedad, parecemos reacios a admitir, aunque cada vez menos, que hay agotamiento laboral.

Elegimos responder que estamos “ocupados” en lugar de admitir que las cosas realmente nos están superando. Quizás esto se deba a que aceptar el estrés es entender que no podemos afrontar nuestra carga de trabajo. Los directores no escapan de este tipo de reacción; los puestos de liderazgo siempre, o al menos, la mayor parte del tiempo están sometidos a altos niveles de estrés, por la naturaleza de sus cargos, y en lugar de aceptar el estrés y enfrentarlo se pudiera llegar al grado de colapsar en términos de salud.

Así que enfocarse en un programa de bienestar para líderes garantiza que los CEO cubran sus objetivos del cuidado de la salud, tal como invierten tiempo y energía en cubrir temas corporativos. La premisa es sencilla y tiene sus beneficios: si la cabeza de la empresa está bien, el resto operará adecuadamente.

El Health and Safety Executive, organismo público que realiza investigación en materia de salud en el Reino Unido, estima una pérdida de 12.8 millones de días laborales al año debido al estrés, la depresión o ansiedad de los propios líderes. Regular y cuidar del propio bienestar de los directores es la premisa bajo la cual los planes de bienestar con enfoque en líderes han crecido.

Es indispensable atender las necesidades específicas de los directivos, enfocándose principalmente en áreas que impactan su rendimiento físico-cognitivo: alimentación, ejercicio físico, gestión del estrés, descanso y control de emociones, entre otros.

Esa agenda de bienestar debe tener propósitos de salud estratégicos. Lo importante es que se logre un equilibrio por el alto nivel de actividad y un esfuerzo sobrehumano, en el que la mayoría de los líderes caen, ya que priorizan su vida laboral a su salud y vida personal.

En México, varias organizaciones han adoptado programas de bienestar corporativo para apoyar la salud física, mental y emocional de sus líderes.  Y algunas claves que pueden considerarse en programas de wellness corporativo para directores incluyen:

Salud Mental

  • Acceso a servicios de asesoramiento y psicoterapia.
  • Programas de gestión del estrés y mindfulness.
  • Quitar el estigma a la salud mental.

Actividades físicas y nutrición

  • Membresías a gimnasios o clases de ejercicio.
  • Eventos deportivos y/o actividades recreativas.
  • Comida saludable en el trabajo.
  • Asesoramiento nutricional y programas de salud
  • Talleres sobre hábitos alimenticios sanos.

Flexibilidad laboral

  • Políticas de home office o trabajo híbrido.
  • Equilibrar la vida laboral y personal.
  • Respetar descansos y vacaciones.

Prevención de enfermedades

  • Revisiones médicas regulares.
  • Campañas de prevención de enfermedades.
  • Fomentar estilos de vida saludable.

Desarrollo profesional y personal

  • Programas de mentoring y coaching.
  • Planes de aprendizaje continuo.

Además, se debe proporcionar programas que fomenten la cultura organizacional saludable, brindar acceso a recursos de bienestar como pueden ser las plataformas digitales, alguna membresía a algún gimnasio o centro deportivo, así como ofrecer un plan de evaluación y retroalimentación continua.